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Las trampas del amor de los padres por sus hijos - La trampa escondida en la relación entre padres e hijos -

31-03-2017

Introducción

El primer y más sincero deseo que tienen los padres es que sus hijos nazcan saludables. Sin embargo, a medida que sus hijos crecen, los padres esperan que los niños se comporten en base a sus creencias sobre cómo han de comportarse los “niños buenos”. Los padres a menudo tienen expectativas demasiado altas y es posible que traten de dar a sus hijos todo lo que pueden para satisfacer estas expectativas. Muchos de ellos hacen un esfuerzo tremendo en la educación, incluyendo clases intensivas después de la escuela y cursos de auto-mejoramiento para que sus hijos puedan tener un futuro prometedor. Pero, ¿qué pasa si este “amor paternal/maternal” (tal como ellos lo perciben) está de hecho obstaculizando el potencial del niño?

Presentamos el caso de la Sra. K, cuyo comportamiento bien intencionado hizo que su hija perdiera la sonrisa, algo que también le causó angustia. Después de encontrarse con el sistema Miross, desmitificó la relación entre padres e hijos y comprendió realmente lo que los padres pueden hacer por sus hijos.

Las trampas del amor de los padres por sus hijos

Cuando ella dio a luz a su hija, ella era feliz con solo mirar su dulce cara dormida. Su único deseo era que creciera sana. Sin embargo, un día se encontró con un libro titulado “Cómo criar a un niño para que sea un genio” y le cautivó la idea. Pronto se convirtió en una madre tigre.

A pesar de que su hija ni siquiera tenía un año de edad, le leía muchos libros todos los días, la llevaba a una clase de educación preescolar y le daba clases en su casa de acuerdo con los consejos del maestro. Cuando su hija tenía cuatro años, la Sra. K le hizo ir a una escuela para prepararse por el examen de ingreso de una escuela primaria privada y también la llevó a clases para aprender inglés, natación, piano y otras habilidades.

Al principio, ella simplemente quería que su hija tuviera una vida feliz pero su meta de alguna manera cambió para convertirla en un genio. La Sra. K se convirtió en una madre tigre aún más entusiasta haciendo que su hija tomara suplementos alimenticios para mejorar el cerebro, implementó una dieta estricta y aprendió coaching educativo para poder guiar adecuadamente a su hija.

Gracias a sus esfuerzos, su hija fue aceptada en la prestigiosa escuela primaria privada que había elegido. La gente alrededor de ella creía que había criado a una niña brillante y ella creía que tanto ella como su hija tendrían una vida prometedora en el futuro. Pero las cosas no salieron como ella esperaba. La mayoría de los estudiantes de la escuela eran hijos de padres de élite como médicos y dueños de negocios y se sentía inferior a ellos. Se concentraba en los resultados académicos de su hija porque eran lo único de lo que podía presumir ante los demás.

Para la Sra. K era importante que su hija siguiera siendo una de las mejores estudiantes. Cuando pensaba que el rendimiento de su hija no era suficiente, la reprendía. Lo hacía no porque se preocupara por el futuro de su hija sino porque se sentía frustrada por el hecho de haber perdido el control.

Bajo estas circunstancias, su hija se sentía estresada porque su madre no la apreciaba a pesar de lo duro que trabajaba. Su madre se centraba exclusivamente en su rendimiento académico. Lo peor era que su madre la reñía cuando no hacía lo que su madre le exigía. Su vida, ocupada en estudiar el día entero todos los días, la hacía sentir frustrada y empezó a desobedecer a su madre.

Sin embargo, creyendo que lo que hacía era por el bien de su hija, la Sra. K intentó desesperadamente forzarla a cambiar por muchas veces que se revelase. La Sra. K se volvió aún más controladora, sin notar que su hija era desesperadamente infeliz. Cuanto más se esforzaba, más rebelde se volvía su hija. Eventualmente, su hija dejó de estudiar por completo y la relación entre la Sra. K y su hija era muy tensa. Cuando se sentía completamente perdida, un amigo le presentó Miross.

“Lo que siente hacia otras personas es su conciencia interior. Su sensación de resistencia no es otra cosa que el reflejo del sentimiento de resistencia inconsciente que tiene hacia sí mismo.”

Cuando la Sra. K se dio cuenta de que todo lo que había visto era el mundo que su conciencia interior había creado, se sintió aliviada. Cuando volvió a invertir lo que sentía por su hija a sí misma, aprendió una verdad chocante. Cuando su hija no cumplía con sus normas, pensaba: “¡No me hagas pasar vergüenza! “En nuestra familia no debe haber nadie que no de la talla”. En el momento en que invirtió esas palabras hacia sí misma, el mundo que había percibido hasta entonces se desvaneció.

“¿De Verdad? ¿Yo me dije todo esto a mí misma? ”

Lo que la Sra. K vio reflejada en su hija era su propio complejo de inferioridad educativa y su propio sentimiento de inutilidad. ¿Por qué tenía esa sensación de inseguridad? Detrás de eso existía la relación con su propia madre.

La madre de la Sra. K estaba obsesionada con la educación y estaba extremadamente preocupada por cómo la sociedad veía a la familia. La Sra. K quería hacer que su madre se sintiera orgullosa y por eso estudió muy duro y obtuvo buenas calificaciones en la escuela primaria y más tarde entró en una prestigiosa escuela secundaria de la zona.

Sin embargo, la música la fue absorbiendo y comenzó a descuidar su trabajo escolar. Cuando finalmente empezó a pensar en ir a la universidad, era demasiado tarde. No tuvo más remedio que entrar en una universidad que no coincidía con la imagen y la reputación de su escuela secundaria. Se sentía muy decepcionada de no poder hacer que su madre se sintiera orgullosa y ocultaba a los demás el nombre de la universidad a la que iba. Cuando buscó empleo, se sentía marginada por haberse formado en una universidad menos reconocida. Ello le produjo un complejo de inferioridad severa por lo que a su educación se refería.

Después de comenzar a trabajar en una empresa, se demostró a sí misma que valía ya que usó su complejo de inferioridad como la fuerza motriz para escapar de la situación y ascender de rango. Ella logró recuperar el “valor de su existencia” mediante la obtención de un cargo importante en la empresa y de la correspondiente remuneración por su trabajo.

Sin embargo, las cosas no salieron como ella esperaba. Perdió su trabajo durante su permiso de maternidad y con ello perdió su alto estatus. Después, fue incapaz de llenar su vacío interior a pesar de que tenía una hija maravillosa. Fue entonces cuando encontró el libro sobre la crianza de los hijos que desenterró su complejo de inferioridad educativa y la hizo luchar desesperadamente para lograr el objetivo de hacer que su hija fuera un genio.

La Sra. K tenía una “fórmula” en su mente: entrar en una prestigiosa escuela y en una compañía influyente era la forma más corta y rápida de convertirse en un ganador en la vida. Inconscientemente pensaba que no permitiría que su hija experimentara dificultades similares a las suyas.

Sin embargo, en el mundo de la tercera dimensión en el que vivimos, cuanto más uno se esfuerza por compensar su sentimiento de insuficiencia, mayor es el sentimiento de insuficiencia que se ha ido acumulando, se invierte en el mundo exterior. Esta era la razón por la que se encontró con tantos fenómenos negativos, como ser obligada a dejar su trabajo durante su permiso de maternidad y enfrentarse al rendimiento deficiente de su hija. Cuando consiguió tener una visión total de lo que le había sucedido, su batalla interior terminó.

“Trataba de compensar mi propio complejo de inferioridad a través de mi hija …”

Como empezó a entender las trampas escondidas en la relación entre padres e hijos a través de sus propias experiencias, se sintió liberada y finalmente fue capaz de disfrutar de una sensación de libertad y alivio. Esa noche, fue capaz de dormir profundamente por primera vez en muchos años.

La Sra. K dejó de ser una madre dominante cuando su complejo de inferioridad y su sensación de inutilidad desaparecieron. Mientras los estudiantes alrededor de su hija estaban desesperadamente estudiando para los exámenes de ingreso a la universidad, su hija comenzó a estudiar voluntariamente por su cuenta, disfrutaba de su vida escolar y manifestaba su talento. A la Sra. K le pareció un milagro que su hija fuera capaz de pasar el examen de ingreso a una escuela superior con sólo una fracción del esfuerzo realizado por otros estudiantes.

¿Qué opina de esta historia? Los padres hacen muchas cosas por amor hacia sus hijos, creyendo que les beneficiarán en el futuro, pero si el amor se deriva del sentimiento de insuficiencia, a la inversa, terminan obstaculizando el potencial del niño.

Los niños tienen el potencial para materializar sus sueños por su cuenta. Si más personas adultas pudieran realmente entender la relación entre los padres y los hijos, sería posible transformar nuestra sociedad para que los niños pudieran sostenerse por su propio pie sin estropear su potencial.