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¿Cuál fue la causa de su depresión? Comprender el mecanismo tras la depresión desde el punto de vista de la nueva dimensión What Causes Depression?

15-08-2016

Introducción

La depresión es una enfermedad mental que cualquier persona puede sufrir. Es una de las enfermedades más comunes en los países desarrollados. Con el prevalecimiento del malestar social, el número de personas que sufren depresión va en aumento. Se predice que la depresión será la enfermedad más frecuente en todo el mundo en los próximos 20 años. A pesar de que se considera curable, la realidad es que el mecanismo patogénico detrás de la depresión no se ha aclarado, y las teorías que tratan de explicar la enfermedad biológica o psicológicamente no han ido más allá de la pura hipótesis creada al respecto. Lo que empeora la situación es que muchas personas que sufren depresión no son conscientes de la misma hasta que sus síntomas se hacen patentes en estado avanzado.

Un ejemplo de ello es el caso de una mujer, la señora K, que sufrió tanto mental como físicamente de depresión y fue capaz de recuperarse por completo de su dolorosa condición cuando comprendió a través del sistema MIROSS la verdadera razón por la que había caído en tal situación.

“¿Cuál fue la causa de su depresión?”

La señora K nació en una familia que regentaba un hotel de estilo japonés. Ella fue la menor de tres hermanos. A medida que crecía en este ambiente fuera de lo común, un hotel como hogar, ella se sentía siempre observada. En cualquier momento podía encontrarse con los huéspedes del hotel, incluso estando a solo un paso de su habitación, así que ella estaba siempre tensa, tratando de pasar desapercibida, cuando caminaba por el pasillo hasta el baño.

Como sus padres estaban siempre ocupados atendiendo a los huéspedes, se sentía como si la hubieran abandonado en un lugar donde sólo había adultos. Esto le hizo preguntarse qué podía hacer para llamar la atención de los demás para recibir su reconocimiento y ser alabada por ellos.

Siguió esforzándose para llamar la atención de sus padres y otros adultos, tratando de obtener más alabanzas como “¡Estoy orgulloso de ti!”, “¡Qué buena chica!” y “¡Bien hecho!”

Ella aspiraba a ser una estudiante excelente y siempre era la presidenta de su clase con el fin de hacer notar su presencia. Al mismo tiempo, era incapaz de sentir su propio valor si no recibía la aprobación de los demás.

“Si no soy una alumna excelente, no valgo nada” – esto era una conjetura profundamente arraigada en la inconsciencia de la señora K. Debido a esta suposición, estaba constantemente preocupada por lo que iban a pensar los demás de ella. “No debería hacer esto” o “Quizás me alaben si hago aquello””. Utilizaba su baja autoestima como la fuerza impulsora para ser reconocida como la mejor.

Así pues, continuó luchando muy duro en casa y en la escuela para conseguir la aprobación tanto de sus padres como de sus maestros. Era cierto que se sentía feliz cuando era alabada por los demás, pero siempre sentía un cierto malestar en su corazón. Cuanto más trabajaba, más fuerte lo sentía. Al cabo de poco tiempo, llegó a pensar: “Mi vida es así porque nací de esta familia.”

Fue precisamente en ese momento que tuvo la oportunidad de casarse. “Por fin, ¡podré ser libre! Si salgo de esta casa, ¡podré liberarme de esta vida sofocante!” Tenía grandes esperanzas en su vida matrimonial.

Sin embargo, tan pronto como se casó, la realidad la decepcionó amargamente. Esto se debe al hecho de que el entorno de uno puede cambiar, pero la información grabada en el ego inconsciente permanece tal cual. De la misma manera que cuando era estudiante su autoestima era muy baja y se sentía una persona sin valor a menos que los demás lo reconocieran, de casada, trataba de compensar su falta de estima esforzándose por ser una buena esposa, una buena nuera, y una buena madre.

Siempre estaba pendiente de la cara que ponía su marido y se esforzaba por agradar a sus suegros, pensando: “¿Qué debo hacer para recibir su aprobación?” Por otra parte, como no se daba por satisfecha con el título de “esposa”, empezó a estudiar y a ir a escuelas para obtener diversos títulos una vez que su hijo empezó a ir al jardín de infancia.

Era diligente e inteligente. Tuvo éxito no sólo en la adquisición de cualificaciones, sino también convirtiéndose en maestra de lo que había estudiado. Sin embargo, por mucho que lo intentó, no consiguió llenar su vacío.

A menudo mentalmente se repetía a gritos, “¿Por qué no me reconocen?” “¿Por qué nadie se fija en mí?”

A pesar del dolor físico que sentía como opresión en el pecho, no fue capaz de saber qué es lo que debía hacer. Había esperado que el matrimonio la liberara, pero en realidad, no había manera de escapar de su situación y su estrés se fue somatizando.

Un día, cuando ella estaba usando la computadora, de repente se dio cuenta de que apenas podía leer las letras de la pantalla. Más tarde, empezó a sufrir graves mareos y a tener insomnio, y lo que es peor, empezó a escuchar voces y sonidos a su alrededor como parte del ruido del entorno. No podía llevar una vida normal a causa de estos trastornos físicos.

La señora K, que había sido una excelente estudiante desde la infancia, no podía aceptarse a sí misma como alguien que había fracasado. Como este era el caso, se excluyó gradualmente de la sociedad y se encerró en su casa por temor a que los demás vieran su condición miserable.

Era incapaz de salir, y en sus peores momentos, se sentía desesperada, incapaz de experimentar los sentidos del gusto y el olfato. “Se acabó.” Cuando casi había renunciado a todo, se encontró con el sistema MIROSS y pudo entender por qué había caído en esa situación.

Cuando llegó a comprender que lo que uno siente hacia otra persona es el reflejo de su propio interior o su ego inconsciente, por primera vez en la vida pudo afrontar cómo veía el mundo exterior y lo que sentía con respecto al mismo.

En primer lugar, ella entendió que era demasiado sensible a las opiniones que los demás tenían sobre ella y que ella tenía una opinión muy baja de sí misma, también que tenía la tendencia de prestar atención a los fenómenos que corroboraban su baja autoestima. Como no quería admitir su falta de valor, se hizo pasar por una estudiante excelente decantándose hacia lo positivo todo el tiempo. Mientras trataba de hacer algo acerca de lo que la vida reflejaba ante ella, la situación iba empeorando. Todo ocurría de acuerdo con las leyes del mundo de la tercera dimensión. Como resultado, su conflicto interno se manifestó tanto física como mentalmente.

A pesar de que antes pensaba, “Era infeliz porque nací en esa familia” y “Esto se debió a que mis padres prestaban más atención a su trabajo que a mí”, finalmente se dio cuenta de que todo ello no eran más que manifestaciones del mundo que su autoevaluación inconsciente había creado. Por otra parte, si bien es cierto que se preocupaba de cómo la miraban los demás, se dio cuenta de que se trataba de su propia mirada la que se dirigía hacia sí misma. Fue este momento intenso el que le cambió la vida cuando lo comprendió.

Estos conflictos internos desaparecieron a medida que la señora K comenzó a entender su interior desde la perspectiva de la nueva dimensión y de las leyes de la tercera dimensión. Ella dejó de preocuparse por cómo la veían los demás y dejó de culparse a sí misma.

Después de desmitificar y aclarar su vida mediante el uso del sistema MIROSS, ella recuperó su salud como si nada hubiera sucedido. Parece una persona totalmente diferente ahora. La señora K, que consiguió recuperar su verdadero ser gracias a la experiencia, actualmente comunica a la sociedad las experiencias por las que ha pasado.

¿Qué le parece? Hay muchas personas que viven una vida basada en las conjeturas construidas durante su infancia. Sin embargo, en el caso de la señora K, la suposición de que nadie se preocupaba de ella era únicamente lo que formulaba su cerebro. De hecho, no hay manera de saber si su percepción correspondía a la realidad, lo cierto es que los seres humanos perciben como algo real lo que su cerebro les dice que es real.

Desde esta perspectiva, es de crucial importancia para la sociedad del futuro liberar nuestro ego inconsciente a través de la perspectiva de la nueva dimensión.

※Después de recuperar la salud, la señora K le contó a una amiga médica esta historia, ella admitió que su diagnóstico había sido de depresión.