1. INICIOE
  2. Blog
  3. Los ojos de Rossco
Caos en el aula – An Embattled Teacher’s Miraculous Recovery and a Revival of the School – Chaos in the Classroom

28-02-2017

Introducción

A menudo oímos la expresión “caos en el aula” estos días. Aunque no es tan frecuente como la gente se imagina y la situación no siempre es grave, los “niños problemáticos” están aumentando en número y los maestros a menudo tienen la preocupación de tener que tratar con este tipo de alumnos.

El gobierno y varias organizaciones están adoptando medidas, pero como la situación varía enormemente según el caso, parece que se está avanzando sin encontrar soluciones concretas. En tales circunstancias, un número cada vez mayor de maestros se esfuerza por lidiar con estos estudiantes con los problemas y las relaciones resultantes en la escuela y al final terminan con una suspensión temporal o incluso dejando el trabajo.

Presentamos el caso de la Sra. S, una maestra de secundaria que se encontró en este tipo de situación y se vio obligada a abandonar la escuela. Después de encontrarse con el sistema Miross y de entender el mecanismo que crea tales problemas, ella se recuperó milagrosamente y pudo desempeñar bien su trabajo como maestra basando su enseñanza en el sistema Miross.

Caos en el aula

La Sra. S era maestra de secundaria a tiempo parcial. Había estado enseñando principalmente historia durante más de 10 años. Estaba satisfecha con su profesión porque le gustaban los estudiantes y disfrutaba de la enseñanza. Pero como era una madre soltera que quería ser económicamente independiente, decidió ser maestra a tiempo completo.

Decidió enseñar música en lugar de historia en una escuela secundaria. Sin embargo, la gente a su alrededor reaccionó pesimistamente, diciéndole “es difícil enseñar en una escuela secundaria” y “enseñar música es todavía más difícil”.

Al poco tiempo, empezó a impartir clases para alumnos de primer año e hizo de instructora de actividades extraescolares bajo la supervisión de otro instructor. Su carga de trabajo era mayor de lo que había esperado y lo peor fue que su experiencia pasada enseñando en la escuela secundaria no la ayudaba en absoluto. Como resultado, trabajaba desde la mañana temprano hasta tarde en la noche todos los días.

Tenía dificultades para comunicarse con sus estudiantes. Algunos de ellos empezaron a rebelarse contra ella, mostrando su falta de respeto frente a los otros estudiantes. Su clase era incontrolable y le era difícil enseñar en aquel caos.

Ella intentó todo lo imaginable para controlar la clase, pero cuanto más se esforzaba, más incontrolables se volvían sus alumnos.

La abrumaba tener que lidiar con los alumnos problemáticos y sus padres, sin embargo su supervisor seguía criticándola. Al no tener a nadie con quien hablar, se sentía emocionalmente acorralada.

Un día, durante su clase, ocurrió algo que hizo la situación aún más difícil. Su supervisor y algunos maestros en prácticas estaban presentes. Sabía que sus estudiantes eran más ruidosos que los de otras clases pero también creía que eran los que mejor cantaban el himno de la escuela.

Ella pensó: “Si les demuestro que puedo lidiar con esta clase, puede que me valoren”.

Sin embargo, a pesar de sus expectativas, ella estaba atrapada en una situación desesperada. Los estudiantes habían esparcido sus zapatos por toda la sala de música, e incluso los alumnos que mejor se portaban se mostraron irrespetuosos. Ella simplemente tocó el piano, sintiéndose miserable en medio de esa situación.

Después de la clase, preguntó a sus alumnos por qué habían hecho tanto ruido y habían sido tan irrespetuosos. Los estudiantes le respondieron: “Es culpa suya”. Para empeorar las cosas, su supervisor le pidió que informara sobre este incidente en las reuniones con el personal y los padres. Así pues ella tenía que exponer en público su “incapacidad” como maestra.

Mental y físicamente agotada, se puso enferma y tuvo dificultades para hacer frente a la vida cotidiana. Su médico le sugirió que descansara temporalmente de su trabajo. Le costó decidirse, pero finalmente lo dejó .

Durante un tiempo, se sintió destrozada por su fracaso y no tenía ganas de hacer nada. Le resultó difícil creer que se estaba aislando del mundo exterior. Era algo similar al comportamiento de su hijo, que también había estado aislado de la sociedad durante los últimos seis años. Su deseo de ser económicamente independiente y mejorar el ambiente de enseñanza se había invertido completamente.

Sin embargo, cualquier situación tiene su lado positivo. Como tenía mucho tiempo libre, pudo estudiar con calma el sistema Miross que le había sido recomendado por un amigo. Después de desmitificar su conciencia interior que se reflejaba en las personas y las situaciones que la rodeaban, logró entender por qué había sucumbido a una situación tan devastadora.

Los alumnos enojados e irrespetuosos, el supervisor y el instructor que la criticaban, los padres furiosos y su hijo rebelde que vivía aislado del mundo exterior, reflejaban su propia ira, violencia, agresividad y negatividad.

Odiaba todas estas emociones, pero de hecho fueron estas emociones escondidas que formaban parte de su inconsciente las que fundamentalmente desencadenaron los incidentes.

La razón por la que odiaba la ira y la violencia provenía de su relación con su madre. A menudo veía a su hermana regañada por su madre y la asustaba ver a su madre gritando y golpeando a su hermana.

“Tengo que ser buena para que mi madre me acepte.”

Al principio, se preocupaba por lo que su madre pensaba de ella, para evitar que la tratase como a su hermana. Después comenzó a tener miedo de “sentir” y comenzó a suprimir sus emociones y sentimientos. Al cabo de un tiempo, fue incapaz de sentir sus propios deseos y no quiso saber nada del mundo exterior.

Al reprimir sus sentimientos, su enojo por no ser comprendida por los demás y su auto-negación continuaron creciendo. Pensó que por mucho que intentara ser una buena niña, no podría ganarse el amor de su madre. Su auto-negación se reflejaba en sus relaciones interpersonales. Puesto que su auto-negación se proyectaba sobre otras personas, ella veía a “su madre” en los demás. En cualquier situación, observaba la expresión de los demás para adivinar cómo se sentían. Temía su ira.

Al encontrarse con el sistema Miross, comprendió que se había despreciado a si misma desde la infancia. Su comportamiento inconsciente se manifestaba en su situación, incluyendo sus relaciones interpersonales.

“Ya lo veo. Esa fue la razón.”

Cuando comprendió el mecanismo que había creado sus problemas, sintió que su vida se reiniciaba con una feliz sensación de liberación y alivio. Se liberó de su inconsciencia y recuperó la confianza en sí misma. El mundo que experimentaba comenzó a cambiar drásticamente.

Un día fue a la escuela secundaria para recoger las cosas que había dejado en la sala de maestros. Una de las maestras le dio algunas cartas escritas por sus estudiantes. Las cartas mostraban lo que sentían por ella. Deseaban que volviese a la escuela. En ese momento, se dio cuenta de que todo lo veía en base a sus suposiciones, específicamente, en base a la imagen que tenía de ella misma- una maestra incompetente que no puede conectar con sus estudiantes ni enseñar.

Alrededor de ese tiempo, hubo un momento crucial en su vida. Su hijo que había llevado una vida apartada de la sociedad, comenzó a trabajar voluntariamente. Por otro lado, ella comenzó a dar clases en una escuela secundaria. Fue una recuperación milagrosa de su anterior situación difícil. Ahora ya está familiarizada con el sistema Miross y su experiencia en el aula es completamente diferente. Después de aceptar su propia inconsciencia reflejada en sus estudiantes, la atmósfera de su aula ha cambiado de forma instantánea. Ella ha creado relaciones de confianza con sus alumnos mostrándose tal como es. Incluso el estudiante más difícil se convirtió en una persona completamente diferente el día que ella fue capaz de devolver a sí misma lo que sentía hacia él.

Sus alumnos se identifican con su convicción en la educación – “La verdadera educación reside en conocer el verdadero “yo” – y muchos estudiantes acuden a ella para obtener consejo sobre cómo conocer a su verdadero yo. Tanto ella como sus alumnos están disfrutando de la creación de una forma completamente nueva de aprender juntos.

¿Qué opinan de esta historia? Hemos recibido numerosos informes de que los problemas que antes se consideraban imposibles de resolver se han resuelto en muy poco tiempo a través de Miross. Hay un punto común en muchos de estos casos: cuando la gente como la Sra. S practica el sistema Miross, no sólo resuelve sus problemas sino que también todo su entorno se transforma al mismo tiempo.

En la sociedad de hoy en día, se han puesto más expectativas en el papel de las escuelas. Como resultado, los profesores están sujetos a más estrés y están sobrecargados de trabajo. Según se informa, los maestros y los estudiantes se sienten cada vez menos involucrados entre sí.

Para los niños, el maestro es una de las personas más importantes en sus vidas. Espero que haya más maestros que no sólo impartan conocimientos a sus estudiantes sino que también les permitan “vivir verdaderamente” sus vidas.